EL GRAN MISTERIO...
La melodía que acompaña mi proceso de este escrito. Clic en listen to the browser para escuchar aquí.
Una noche después de trabajar, simplemente, me sentí llamada a contemplar el cielo desde un pequeño patio en la entrada de mi casa y de pronto, me sentí envuelta en una atmósfera poco descriptible, en donde, a continuación hago mi mejor esfuerzo por ponerlo en palabras:
El cielo oscuro y profundo en gran medida, inmensidad es una palabra corta para describir el océano de su amor. Podría describirse como una sensación hipnotizante, pero, es más bien, la sensación de estar en casa. Es el recuerdo del hogar y tranquilidad. Por eso quedamos perplejos al mirarlo, tratando de descifrar sus misterios, tratando de entender esta sensación de absoluta devoción, de absoluto amor.
Las lágrimas brotan sin quererlo ni pensarlo, sin poder, ni pretender detenerlas.
Nadie puede contener tanta profundidad y belleza mas que el GRAN MISTERIO. Nadie puede escapar del arrullo de la noche, de la Madre abrazándonos en su regazo de nubes y destellos de constelaciones; del Padre protegiéndonos con el cobijo de los planetas. Nos abrazan con la misma devoción y somos ciegos ante ellos. Si tan sólo pudiéramos darnos cuenta, cómo es que el Cielo entero se pone de acuerdo para contemplarnos al dormir cada noche. Si tan sólo sintiéramos ese suspiro entre nubes, nos sabríamos amados por Dios, nos sabríamos amados pese a cualquier circunstancia y podríamos conectar con ese Amor Universal dentro de nosotros, entonces, no nos sentiríamos fragmentados, ni exiliados, sino como parte de un hogar tan profundo que cargamos dentro de nuestras memorias en el alma, eternas y vívidas como el Cielo.
Despertaríamos al Amor aquí en la tierra, seríamos como las estrellas que brillan con tanta potencia, con tanta poesía, con tanta belleza, aún, después de miles de años luz, alumbrando cualquier oscuridad. Andaríamos en las alturas sin temor a caer, sin temor a perdernos en los aires, sin temor de ser vistos y apreciados con amor. Llevaríamos latente en nuestra consciencia el sabernos parte de Dios y no fuera de él, no externo, ni ajeno a nuestro sentir, a nuestro caminar, a nuestro vivir.
Chispazos de amor me llenan, llega una energía muy suave y abrazadora, como pétalos de flores coloridas acompañando mi mecer con una atmósfera de dulzura y amor. Es inevitable expresar con gritos desde mis adentros; ¡Dios con nosotros, aquí está el amor. Que viva siempre el amor. El amor siempre vive, siempre triunfa, siempre es!
Así pues, continúo con mi viaje de contemplación hacia una estrella, la más grande de todas por el noreste desde mi ubicación. Júpiter me mira y le miro, nos conectamos al instante, me sentí atraída de inmediato por su magnificencia expresiva en luz, de pronto se mueve, tiembla, se luce, se expresa. Cortinas de luz desprende desde lo alto con sus destellos plateados desde mi perspectiva. La vívida imagen del Justiciero, Guardián de mi inconsciente, protector espiritual, benévolo maestro, de los más grandes filósofos estelares, con un arquetipo de consciencia particular.
Es hora de despertar, es hora de moverse, activarse, expandirse, explorarse y salir a explorar. El Guardián ha hablado y la luz ha sido regada por estos días de otoño, muy cerca hacia la luna nueva en Escorpio. Baño de luz y de honor, verdad, valentía y furor.
Que inicien los viajes, que inicie la expansión, que inicie la vida y un nuevo capítulo en nuestro Viaje del Héroe y en nuestra construcción de nuestra Tierra Prometida.
Cyxe Alva.
Caminando Hacia La Tierra Prometida.
Mi Más Sincero Proceso.
Cuando ya no sepas que dirección tomar, pregúntale a las estrellas y te guiarán de regreso a casa ♥
